Como es sabido, en las recientes elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) votó solamente el 69% del electorado; la participación más baja en una primaria presidencial desde la vuelta de la democracia.

 

Sumando los electores desencantados que directamente faltaron a la convocatoria y los enojados que prefirieron el voto en blanco alcanzamos la suma 11,5 de millones de ciudadanos que prefirieron la abstención electoral. ¡Más de un tercio del padrón!

 

Podríamos decir que son unos perfectos idiotas y nadie debería sentirse ofendido porque lo afirmamos con el sentido ateniense de la palabra. En el español actual la palabra idiota significa "corto de entendimiento", "carente de inteligencia" o "engreído sin fundamento para ello". Pero este término deriva de la raíz griega idios, que hace referencia a lo privado y a lo propio (como en idioma o idiosincrasia). Así, en el sentido etimológico del término en la antigua lengua de los helenos, un idiota era alguien que solo se preocupaba de lo privado, es decir de lo suyo, y que ignoraba o despreciaba todo lo público.

 

En Atenas se esperaba que un ciudadano participara en política, por lo que quien no lo hacía era el idiota que se ocupaba solo de lo suyo y no de lo público, y no era bien considerado. Como contrapartida, la máxima pena que se aplicaba a un ciudadano en relación con su participación en la vida social era el exilio (el "ostracismo"); su significado era impedirle, privarlo de participar de lo público. Es por eso que acaba adquiriendo el valor de alguien un poco tonto e ignorante, que renuncia (por voluntad, incapacidad personal o causas económicas) a ocuparse de la política que le afecta.

 

En esa época existían las "liturgias", palabra que también ha tenido una drástica evolución hasta nuestros días. La palabra liturgia -del griego antiguo leitourgia- significa "servicio público" o "trabajo de la gente". Las liturgias consistían en una subvención económica que la polis daba por asistencia y participación y que sacaba de los altos tributos voluntarios que Atenas obtenía de los ciudadanos más ricos.

 

La democracia sindical La democracia en todas sus expresiones es una preocupación de todas las fuerzas políticas. Así, en la plataforma del candidato libertario Javier Gerardo Milei, por el partido La Libertad Avanza, se expresa: "Una nueva ley democratizará el movimiento sindical, eliminando el unicato, la afiliación obligatoria y la falta de democracia, prohibiendo en este sentido las reelecciones contínuas de los representantes, reduciendo la reelección a un máximo de dos mandatos continuos o tres alternados", y más adelante se expresa: "La injerencia del sindicalismo en la gestión de la salud de los afiliados gremiales es una anomalía sin precedentes en el mundo que debe ser terminada, liberando a los afiliados de contratar libremente un seguro de salud, individual o colectivo, ofrecido por el Estado o por prestadores privados". Claro que esta es la plataforma presentada en el 2021; Milei, cumpliendo a rajatablas el recordado "Teorema de Baglini", la ha ido modificando (el Teorema de Baglini dice que la audacia de las propuestas de los partidos y dirigentes políticos es inversamente proporcional a la distancia que tienen con el poder: a mayor distancia, mayor audacia e irresponsabilidad).

 

En el 2021 Milei estaba muy lejos de cualquier sueño presidencial, hoy ya se ha calzado bastón y banda. La plataforma 2023 solo habla de limitar las reelecciones. Pero el libertario avanza y cambia sus ideas a una velocidad inusitada. Con Menem tuvimos la sorprendente experiencia de un candidato que ni bien puso pie en la Rosada hizo un cambio copernicano en su discurso. Pero Milei mientras avanza va sustituyendo su poderosa motosierra por un modesto serruchito. Así, luego de entrevistarse, hace unos días, con conspicuos miembros de la casta sindical (Barrionuevo y Martínez) dejó de condenar la reelección indefinida de los sindicalistas y consideró que "ese es un problema al que tendrán que encontrar solución los trabajadores". Uno de los últimos libros publicados por Milei (Otra vez sopa) es dedicado "a Conan Milei y Karina Milei, por su apoyo incondicional frente a todo evento". Recordamos que Conan es el fallecido perro de Milei, el mismo año de la publicación de ese libro (2017). El can fue clonado en 4 perritos (procedimiento que costó la módica suma de US$ 50.000). Uno de ellos recibió el mismo nombre de Conan y es el que -según el libertario- lo asesora en "estrategia general"; de los otros tres Robert es el que le hace "ver el futuro y aprender de los errores", Milton se encarga del "análisis político" y Murray de la economía. En materia sindical y laboral parece que no encontró el can adecuado.

 

Ayer fue la festividad de El Milagro, y solo puedo pensar: ¡Qué Dios nos salve!