La Asociación Docente Provincial (ADP), vuelve a estar en el centro de la escena de la docencia provincial, pero no precisamente por algo que sirva de ejemplo para una sociedad que pone en manos de sus docentes la educación y cuidado de sus hijos. La dirigencia de la ADP, siguen dando que hablar, pero donde la docencia en general, es la gran ausente en esta ocasión.

Los dirigentes siguen en su pelea por el poder y el manejo del gremio con su importante caja, fruto de los aportes de los afiliados, dando un espectáculo poco agradable para la gran mayoría de los docentes que no se merecen que se le quiera pintar la cara por la falta de transparencia y honestidad de algunos de sus dirigentes que buscaron su voto para representarlos en defensa de sus derechos y dignificar su noble tarea de educar.

 

Si algo faltaba, para colmar nuestra capacidad de asombro, que la destituida y hasta desafiliada Secretaria General, Patricia Argañaraz, por una Asamblea de afiliados, el 27 de abril pasado, volvió  con la intención de reasumir en su cargo, por una Resolución de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación.

 

Esto, obviamente, tuvo el rechazo de la actual conducción del gremio, encabezada por Viviana Figueroa, y la protagonista visible de esta oposición fue la abogada y asesora de la institución,  Liliana Hermosilla, quien disparó una batería de argumentos jurídicos para sustentar la decisión de no dejarla reasumir la conducción de la ADP a Argañaraz.

 

Se montó todo un show mediático donde la prensa local estuvo presente y donde tanto la Dra. Hermosilla como Argañaraz, se pasearon por todos ellos dando su punto de vista, una por qué lo resuelto por la Asamblea sigue vigente  y la “Pato” como le dicen sus adeptos, ya es cosa del pasado. Y lógicamente ésta defendiendo su derecho a asumir la responsabilidad al frente de la ADP, que le dieran los docentes por el voto.

 

Y no contenta con este revés que sufriera el lunes pasado que no pudo cumplir con su cometido de asumir, hizo un nuevo intento, esta vez,  en la delegación que la ADP tiene en la Ciudad de Orán.

 

No vamos a entrar en detalles de la pelea gremial e institucional, entre la dirigencia,  que aún no se termina. Lo que si podemos decir que, una vez más la lucha por la conducción de la ADP se ha vuelto a judicializar. Y en ese ámbito es que, hasta no resolver la cuestión de fondo, en una última resolución judicial se suspende la reasunción de Patricia Argañaraz, dándole la razón, por ahora, a los argumentos de la Dra. Hermosilla.

 

Así las cosas, cabe preguntarse, más allá de la normalización institucional de la ADP, cuando se va a encarar el gran problema de las denuncias por el desmanejo económico y gremial, que pesa sobre las espaldas  de Argañaraz; y otros juicios que se darán por el famoso Fideicomiso para las viviendas que, para los docentes que  aportaron mucho dinero para hoy no tener nada, viene a ser una estafa.

 

Mientras siguen los vericuetos de los tribunales  la conducción del gremio, los docentes siguen siendo de palo. No opinan ni hay canales institucionales para que lo hagan.

 

Si hasta se corre el rumor que la única salida que se avizora en esta crisis gremial de la ADP, sería una intervención directa a la institución y el llamado a elecciones para su normalización.