El 1 de octubre del 331 a.C., en las llanuras de Gaugamela (en la actual Irak, cerca de Mosul), Alejandro Magno enfrentó al rey persa Darío III. A pesar de la superioridad numérica persa, el joven macedonio consiguió una victoria decisiva que provocó la caída del Imperio aqueménida y dio inicio a la era helenística. La batalla es recordada como un punto de inflexión en la historia, pero no solo fue un triunfo militar, sino el comienzo de un cambio cultural y político que se extendió por siglos.
La historia ofrece paralelos sugestivos. El próximo 7 de septiembre, la provincia de Buenos Aires, bastión histórico del peronismo y distrito electoral más influyente de Argentina, será escenario de una elección legislativa que puede marcar un punto de inflexión para la política nacional. Allí se medirán La Libertad Avanza (LLA), fuerza que gobierna a nivel nacional, y el kirchnerismo/peronismo, que busca preservar su predominio territorial. El resultado tendrá impacto directo en la economía, en el clima social y en la llamada “batalla cultural”.
A la fecha la incertidumbre respecto de los resultados es máxima pero se pueden proyectar tres escenarios posibles:
Escenario 1: LLA gana por 10 puntos o más
La Libertad Avanza compite voto a voto en secciones históricamente dominadas por el peronismo, incluso en el conurbano sur. Si el oficialismo lograra un triunfo amplio (10 puntos o más), consolidaría su poder político y generaría un clima positivo en vista a las próximas elecciones legislativa nacionales, aumentando las probabilidades de un buen resultado que permitiría acelerar las reformas políticas y económicas.
Consecuencias económicas: Los analistas prevén que un resultado de ese tipo sería leído como una ratificación de confianza hacia el gobierno. Podría generar calma cambiaria, estabilización del dólar e incluso una baja en el riesgo país.
Consecuencias políticas: Un triunfo así debilitaría al peronismo en su principal bastión, reconfigurando el mapa político. LLA pasaría a ser no solo una fuerza nacional sino también bonaerense, con capacidad de disputar la hegemonía cultural.
Escenario 2: El kirchnerismo gana por 10 puntos o más
Pese al avance de LLA, el peronismo conserva entre 35% y 40% de intención de voto en la provincia. Una victoria amplia significaría que el kirchnerismo sigue siendo el actor dominante en Buenos Aires y podría bloquear la agenda del gobierno.
Consecuencias económicas: Los mercados interpretarían un triunfo contundente de la oposición como una señal de debilidad para el oficialismo. En ese escenario, analistas prevén presiones alcistas sobre el dólar, un aumento en el riesgo país y mayores dificultades para acceder a financiamiento externo.
Consecuencias políticas: El peronismo saldría fortalecido y con capacidad de presentarse como alternativa de poder. Para LLA, implicaría un freno político y legislativo considerable, obligando a negociar cada medida clave. La batalla cultural se reequilibraría, con el progresismo recobrando protagonismo.
Escenario 3: Victoria ajustada de cualquiera de los dos (menos de 10 puntos)
Las encuestas coinciden en un escenario muy competitivo. Una diferencia menor a 10 puntos, en favor de cualquiera de los espacios, dejaría un resultado abierto a múltiples interpretaciones.
Consecuencias económicas: La reacción sería moderada pero inestable. Podrían verse movimientos bruscos en el dólar y en los bonos según la lectura de la gobernabilidad. La incertidumbre seguiría siendo el rasgo dominante, sin señales claras de consolidación.
Consecuencias políticas: Ambos espacios reclamarían un triunfo político. Para LLA sería suficiente para sostener su agenda, aunque sin fuerza hegemónica. Para el kirchnerismo, permitiría mostrar que conserva poder en su distrito clave. La batalla cultural continuaría sin definiciones contundentes.
Conclusión
Así como Gaugamela definió el rumbo del mundo antiguo, la elección del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires puede convertirse en un momento bisagra para la Argentina. No solo se pondrán en juego bancas legislativas provinciales, sino que se decidirá la capacidad del gobierno nacional para avanzar con su programa económico, la fortaleza del peronismo en su bastión histórico y la dirección de la disputa cultural que atraviesa al país.
La elección del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires no es una elección más sino que será la madre de todas las batallas. La decisión está en manos de los votantes bonaerenses, Argentina espera el resultado.