Verónica Rajal, dirige a un equipo de 12 personas en un proyecto de investigación sobre el coronavirus de la UNSa. Este equipo fue uno de los seleccionadas por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) para investigar sobre COVID-19 con una financiación de 100 mil dólares.

Junto a su equipo, que está integrado por 12 personas, vienen trabajando desde 2006 en la investigación de virus en aguas, principalmente residuales y de ríos y buscan estimar el riesgo al que podría estar expuesta la población en contacto con aguas contaminadas con este virus. Además, reflexionó sobre el rol de la ciencia en tiempos de pandemia.

 

Nuevo Diario dialogó en exclusivo con la ingeniera química, egresada de la Universidad Nacional de Salta, sobre los detalles del proyecto que se gestó en el Laboratorio de Aguas y Suelos que dirige en la UNSa y que depende del INIQUI.

 

“Desde el 2006 venimos trabajando con calidad microbiológica de distintos tipos de aguas, detectando bacterias, virus y parásitos, haciendo análisis y evaluaciones cuantitativas del riesgo microbiológico”.

 

Este amplio trabajo ha marcado la experiencia para este grupo de científicos para el tratamiento de este tipo de muestras y de técnicas: “Con toda esta experiencia es que nos decidimos a presentar este proyecto junto a una docena de profesionales de distintas disciplinas, todos con experiencia en esta temática”.

 

El proyecto es para la determinación del nuevo coronavirus en aguas residuales: “Es decir líquidos cloacales, y en aguas superficiales, en particular de ríos. Lo que queremos hacer con esos resultados es estimar el riesgo microbiológico al cual estaría expuesta la población que se ponga en contacto con esas aguas a través de distintas actividades como las recreativas, o de su uso en las actividades como tratamiento y depuración de efluentes”, agregó.

 

Otra actividad que buscan realizar con los resultados obtenidos en las detecciones, es la aplicación de análisis multicriterio para la toma de decisiones. En ese sentido, Rajal señaló que el interés de estudiar las aguas residuales, reside en que: “Allí aparecerían los virus excretados por las personas infectadas. Tanto enfermas, como asintomáticas”.

 

El aporte en la pandemia de 2009

Sobre la experiencia en esta área, la especialista recalcó que junto a su grupo de trabajo, tuvieron un rol muy importante durante la pandemia de Gripe A, en el año 2009: “En aquel momento éramos los únicos que teníamos el equipo de PCR  en tiempo real que era la técnica que se necesitaba para la detección del virus de la Influenza A H1 N1, y que es la misma que se utiliza para la detección del nuevo Coronavirus”.

Además, detalló que: “Trabajamos con el Ministerio de Salud de la provincia, aprendimos mucho y en esta ocasión también pusimos a disposición el laboratorio, para ayudar en los diagnósticos en el caso de que se vieran sobrepasados por la situación”.

 

“Ahora los hospitales están mucho mejor equipados en toda la provincia para enfrentar la situación, pero no está demás saber si existen más lugares en donde poder realizar estos estudios”.

 

Una deuda con los científicos

Rajal se recibió  de ingeniera química en la Universidad Nacional de Salta, y también allí realizó su doctorado en Ingeniería con orientación en Biotecnología.

 

Después obtuvo una beca de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos para hacer un posdoctorado, entre 2002 y 2004 en California, Davis, donde comenzó su trabajo de detección de virus en aguas empleando la técnica de PCR en tiempo real: “Cuando volví a la Argentina en el 2005, empecé la línea de investigación para la UNSa en el INIQUI”, (Instituto  de Investigación para la Industria Química), donde trabaja ahora.

 

La especialista reflexionó sobre el rol de la ciencia en este contexto y en nuestro país, tras años en donde se profundizó el descrédito de los órganos  que nuclean a los investigadores del país, como CONICET: “Es increíble que después de tantos años de desfinanciación de la ciencia en Argentina, y de desvalorización de los científicos, frente a esta situación en la que nos pone este virus y esta pandemia, la sociedad mire hacia dos de los sectores más olvidados, por un lado el de la salud, y por otro el de los científicos”.

 

“Creo que la sociedad tiene una deuda con los científicos, pero también desde nuestro lugar es importante mostrar que podemos hacer cosas útiles para la sociedad”, concluyó apuntando a deconstruir el concepto que la sociedad tiene arraigado sobre la academia.

 

 “Por eso es importante difundir que los científicos argentinos, también podemos contribuir a encontrar soluciones frente a esta pandemia”, concluyó.

 

(*) Gentileza: Nuevo Diario de Salta