A.D.P.

(Ahora De Patricia)

Con mucha tristeza, para toda la comunidad docente de Salta, muy especialmente para las afiliadas a la ADP (Asociación Docente Provincia), ésta se vio envuelta en un escándalo de proporciones que golpea duramente la credibilidad de sus dirigentes y la calidad institucional del gremio que agrupa a la mayor cantidad de docentes de la  provincia.

 

No es mi intención hacer un juicio de valor de las denuncias de malversación de fondos de la institución, por parte de los que dirigen la ADP. Solo quiero referirme al alcance y las repercusiones que la misma tuvieron y tienen, tanto en lo social como en lo gremial y político.

 

No es para nadie desconocido la poca credibilidad que están teniendo los gremialistas, ante los ojos de la sociedad, en general y de los trabajadores a quienes dicen representar, en particular

 

Hubo muchos casos de corrupción o mal manejos de fondos sindicales por parte de sus dirigentes, a lo largo de la historia del gremialismo argentino. Pero siempre hubo un momento en que se logró esclarecer las acusaciones de eventuales desmanejos del dinero perteneciente a los afiliados, con fines de lucro personal o sectorial. Ya sea por imperio de una asamblea de afiliados o por el accionar de la justicia que tomó cartas en el asunto, ya sea por presentaciones judiciales de algún afiliado, o por oficio, ante hechos que son de público conocimiento y que amerita que intervenga  para investigar y esclarecer los hechos.

 

La titular de la ADP, Patricia Argañaraz, sin dudas es la única que deberá aclarar, y presentar pruebas de su inocencia, ante las denuncias que se hicieron pública, por malversar cifras millonarias al patrimonio de la institución gremial.

 

Para algunos docentes, ella sigue siendo su principal referente y conductora, y por eso la llaman cariñosamente “PATO”. Otros en cambio, no reconociendo ni su liderazgo, ni su conducción le dicen “ENGAÑARAS”.

 

Pero esto viene desde la primera elección que la llevó a la conducción del gremio más poderoso de la provincia.

 

Y curiosamente, el malestar de que algo raro estaba pasando con los manejos discrecionales de los fondos gremiales, por parte de la Secretaria General Argañaraz, se dio en el mismo seno de la su Comisión Directiva y Delegados.

 

Pero fue su hermano, Raúl Argañaraz, que fuera administrador de un Fideicomiso de viviendas de la ADP, el que denunció con “pruebas”, un supuesto desfalco por parte de la conductora de la ADP, Patricia Argañaraz.

 

Por supuesto que la titular de la ADP, en conferencia de prensa, negó todo eso de lo que la acusa, pero a pesar de que iba a presentar pruebas, hasta ahora no ha presentado ninguna. Al menos que podamos saber todos.

 

Lo que se destapó por un artículo en el diario nacional, Ámbito Financiero, tuvo eco, y muy fuerte, en el orden local. Y más allá de que sea cierto o no las denuncias contra la titular de la ADP, sin dudas que se ha abierto una discusión sobre cómo controlar las conductas y el accionar de los dirigentes sindicales.

 

De por si en todos los estatutos hay algunos articulados que hablan sobre como los miembros de las CD, deben rendir cuenta de sus actos y el manejo de los recursos de las instituciones gremiales. También habla de la participación de los afiliados en la vida democrática de los gremios.

 

Y los primeros que deben realizar el control del accionar de sus dirigentes, son los propios afiliados. Ya sea participando activamente en las asambleas donde se deben mostrar la memoria y balance anual; o por otros medios.

 

Sin embargo, de ser cierto que hubo desmanejos de los recursos que son de todos los docentes afiliados a la ADP, algo de culpa tienen los docentes que indiferentes a lo que pasa en su institución, no asisten a sus asambleas. No participan de la vida institucional de su gremio. Como tampoco participan en los actos eleccionarios, ya que en Capital no van a votar más del 10% de los empadronados.

 

Por eso para mejorar la salud institucional de los gremios, no hay otra que PARTICIPAR ACTIVAMENTE, SIEMPRE.

 

No todos los gremios pasan por estas situaciones de irregularidad institucional. Muchos realizan con responsabilidad, el manejo de los recursos de sus afiliados.

 

Sin embargo creo que llegó la hora replantearse muchas cosas de cara a los nuevos desafíos que se vienen.

 

Y para eso habrá que buscar mecanismos de mayor participación democrática en ello