El coronavirus y nuevos desafíos para los docentes

Sin dudas que esta pandemia puso al mundo “culo” p’ arriba literalmente. Y lo que antes nos era más que obvio, ahora ya no lo es; lo que antes era una obligación, ahora es un compromiso. Y lo que antes era una lejana expectativa, ahora es un nuevo y urgente desafío.

 

En esta lucha desigual contra un enemigo que llega tan silencioso como invisible, al frente, en la primera línea  de la trinchera de la batalla, están los trabajadores de la salud, eternos héroes en la lucha por la vida, abnegados en su noble profesión, no siempre valorados y reconocidos como se merecen. Sin embargo ahí están, al pie del cañón, empuñando sus mejores armas, y su mejor estado de ánimo, su mejor sonrisa para aliviar la angustia y el temor de tantos pacientes que suplican por un soplo más de vida. A todos esos héroes, no invisibles sino reales y palpables de todos los días, nuestro más sincero agradecimiento. Y Dios quiera que, tanto como ahora, en un futuro muy cercano se lo sepa valorar como se debe,

 

Porque sin salud, no hay nada que podamos hace, ni por nosotros mismos ni por nuestro queridos país. Ahora nos damos cuenta, con  esta pandemia, el valor del recurso humano para mover toda la maquinaria del trabajo, la producción y, en definitiva, de la economía y  grandeza de la nación.  El capital es importante pero sin el recurso humano, de nada sirve. Entonces esto nos está enseñando que hay que cuidar el recurso humano como el mayor capital que cuidar y valorar.

 

Y hablando de recurso humano, no podemos dejar de reconocer el valor que tiene el rol del docente, muy especialmente en estos momentos tan particulares de nuestra vida y lucha por conservarla y preservarla.

 

En esta etapa del aislamiento social preventivo obligatorio, en donde el sistema educativo fue suspendido, en forma presencial, para comenzar una nueva y no común actividad de la educación a distancia.

 

Y ahí es donde, precisamente en esta etapa de la lucha, es que los docentes son la fuerza fundamental en la retaguardia del frente de batalla. Porque en esta guerra  contra el enemigo invisible, no hay que descuidar ningún flanco y todos, estén donde estén, son importantes.

 

Los docentes siempre fueron la columna o soporte fundamental para el desarrollo potencial de toda sociedad. Son los que han formado, forman y formarán a los futuros ciudadanos de una sociedad. Son los que han formado a estos mismos profesionales que hoy nos están cuidando nuestra salud, nuestra seguridad, y demás profesionales y trabajadores de distintas actividades que hacen al desarrollo y crecimiento  de la vida, en todos sus aspectos.

 

Sin embargo hoy, aunque muchos no los vean como lo era habitual en las aulas físicas de cada institución educativa, sí están los docentes todos los días, con nuestros niños y con nosotros los adultos; tal como si estuvieran dando clases en cada aula física de una escuela o un colegio. Están ahí, llevando el aprendizaje y la enseñanza pero, en esta oportunidad, en forma virtual, con las herramientas que se dan on line para educarnos, no solo a los alumnos, sino a todos los padres y familiares.

 

Y eso no se lo ve… no se ve la angustia que están sintiendo los docentes porque este nuevo desafío de enseñar, a veces resulta dificultoso; porque no estamos acostumbrados  a utilizar, con frecuencia y  adecuadamente estas herramientas de las plataformas digitales de la enseñanza lograr no tan convencional. Cuesta lograr que los chicos presten la atención que el docente espera, en los tiempos y formas que se pensó; o que habitualmente se encontraba frente  al aula real.  Y eso es como volver a aprender sabiendo que los chicos nos llevan una considerable ventaja en el uso y la instrumentación de la tecnología.

 

De ahí que, quiero brindar un sincero reconocimiento a esos invisibles hacedores del futuro, que con su  enseñanza, y en estos tiempos de nuevos desafíos, están cuidando la retaguardia, y con solvencia profesional y vocación, en el frente de batalla contra el enemigo común que es el coronavirus.

 

Pero también es necesario que no se sientan solos en esta lucha… mucho tienen que ver los padres de esos chicos que, por ahí, le van a exigir mayor atención en sus tareas; y por ende una mayor dedicación y tiempo juntos  sus hijos. Como quien va aprendiendo de nuevo en la escuela virtual desde su hogar y en familia. 

 

Al Estado, que es el garante de la educación pública, seguir insistiendo y ejecutando los programas de enseñanza que han programado para la enseñanza en todos los niveles. Pero para ellos es necesario brindar algunas líneas de capacitación especial a los propios docentes.

 

Y por último, no puedo dejar de insistir en el compromiso social e institucional de los gremios docentes. Ellos deberían aportar en un mayor y efectivo apoyo a sus afiliados, con el fin de orientarlos, capacitarlos y brindarles un canal de comunicación para afrontar, con éxito, este nuevo desafío de la enseñanza virtual.

 

Uno de los aportes sería  la de ofrecer, para sus afiliados/as, una sala virtual de capacitación y orientación a distancia, para el manejo de las herramientas digitales, para la correcta aplicación de los programas educativos por área y niveles.

 

No se los ve, no se los siente, pero el esfuerzo que están haciendo los docentes para llevar la educación a cada alumno en cada hogar, es grande y está  generando un grado de estrés, mayor aún que hacerlo en forma personalizada y cara a cara con los alumnos.

 

En esta lucha frontal y decisiva en la supervivencia contra el coronavirus, es un esfuerzo de todos. Y los docentes, aunque muchos no lo crean, son fundamental en la toma de conciencia de que debemos respetar, en este caso particular, el aislamiento social preventivo obligatorio.

 

Los docentes están en esa trinchera silenciosa de ganar esta batalla por la salud de los salteños y argentinos… Es cuestión de no dejarlos solos.