Según el "Teorema de Baglini", la audacia de las propuestas de los partidos y dirigentes políticos es inversamente proporcional a la distancia que tienen con el poder: a mayor distancia, mayor audacia e irresponsabilidad. Y a la inversa.

El furibundo ataque a la "casta" política ha sido un innegable acierto del anarcocapitalista Javier Milei, quien parece haber abrevado en las mismas fuentes que Cristina Fernández de Kirchner. La construcción del enemigo fue una vieja idea puesta en debate por Umberto Eco en un ensayo del mismo nombre, publicado en 1965. Años más tarde se convierte en eje de la tesis político-filosófica de nuestro pensador vernáculo Ernesto Laclau (mentor de CFK), quien en el 2005 escribió "La Razón Populista" planteando la idea del conflicto permanente, la polarización política y el divisionismo social. Sostiene que si no existe un enemigo hay que inventarlo. Y si existe, hay que engrandecerlo. Para Milei, la casta política con sus abusos, privilegios y eterna corrupción fue el candidato ideal para plantarlo como despreciable adversario

Si fuéramos superfluos, debería alcanzar con ver las fotos de los candidatos a presidente. Si esto fuera solo una cuestión de aspecto, los candidatos del individualismo supremo carecen del mínimo necesario. Locos o borrachos abstenerse, debería decir la Constitución Nacional. No pedimos bonito o feo, alguien normal por favor.

Leemos estas líneas con el sacudón de las elecciones PASO del domingo aun vibrando en nuestro cuerpo. Nos miramos y oímos conversaciones en las calles con intriga buscando explicaciones y sin embargo están ahí. Todo se volvió gris de repente y se huele a cenizas viejas.

Estos desiertos salinos de origen volcánico se fueron formando a lo largo de millones de años. En los colores de sus vetas están registrados los ciclos de El Niño, La Niña y las cenizas disparadas en las erupciones.

En esta columna, más que consejos, son anhelos de que quien resulte presidente, abra los brazos con humildad y pida ayuda a quiénes serán oposición. Es hora de que en argentina se termine con el propósito del pensamiento único. Durante la pandemia, he escrito una columna con el mismo nombre. Me pareció pertinente agregarla. Disculpen la osadía, pero les pido que lean ambas. Me parecen pertinentes

En esta columna, más que consejos, son anhelos de que quién resulte presidente, abra los brazos con humildad y pida ayuda a quiénes serán oposición. Es hora de que en Argentina se termine con el propósito del pensamiento único. Durante la pandemia, he escrito una columna con el mismo nombre. Me pareció pertinente agregarla. Disculpen la osadía, pero les pido que lean ambas. me parecen pertinentes.

El costo del “sobregasto” ecológico mundial, que al mismo tiempo reduce su capacidad futura de regeneración se está volviendo cada vez más evidente con la deforestación, la erosión de los suelos, la pérdida de biodiversidad y el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera. Todo lo cual conduce al conocido cambio climático y a fenómenos climáticos extremos. La primera semana de julio de este año, se batieron récords de temperatura a nivel global, obteniéndose los registros históricos más altos hasta la fecha.

El proyecto de ley aprobado recientemente por la Cámara de Diputados, conocido como Ley Mordaza, es inconstitucional no solo por avanzar sobre potestades propias del Congreso Nacional cual es la tipificación de delitos, sino porque configura un gravísimo ataque a la democracia al pretender penalizar las críticas a funcionarios públicos. Todas las conductas que describe ya se encuentran alcanzadas por el Código Penal para el que es indiferente la plataforma que se utilice para afectar los derechos tutelados.

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