La política sirve para concertar no para imponer sin razón

Parece que, para ciertos políticos, la pandemia del COVID 19, no nos hizo ni más buenos, ni más razonables. Se habla de buscar la concertación nacional, provincial o municipal, para salvar al país, pero lo que  menos mostramos es entendimiento y comprensión para lograrlo.

 

Seguimos con las viejas prácticas del autoritarismo, o  patrón de estancia; aunque con una imagen más refinada.

 

Con lo demostrado, este Miércoles pasado, por el gobierno municipal de la ciudad de Salta, uno va teniendo idea de cómo se quiere manejar el municipio. Se convocó a una “paritaria” entre los gremios municipales, pero fue algo informal, sin un viso de seriedad. Y para mejor sin respeto por las leyes que regulan ese tipo de convocatorias, para  que tengan seriedad y validez legal. No les importó si en la “supuesta” discusión paritaria, tuviera avalada y acordada por gremios con personería gremial. Todos están dentro de una misma bolsa, con o sin personería gremial. Total, solo eran simples números para imponer su voluntad y sin derechos a protestar.

 

Pero más allá de eso, no es para nadie desconocido el estilo o práctica de la “Reina Bettina I” de ejecutar sus políticas de gobierno, con total personalismo, sin escuchar, aun a riesgo de saber que está totalmente equivocada a la hora de tomar cualquier decisión. Como alguien dijera, ya hace un tiempo, sobre la hija del JÚCARO, que “es una chiquita caprichosa... y con tal de conseguir lo que quiere, no le importa el daño que pueda causar a otros”.

 

No le creí en un principio, porque pensé que era solo una cuestión de celos por ser ella la primera mujer que ocupa el sillón municipal para gobernar. Pero los hechos razón de que nuestra “Reina Bettina I” está haciendo todo lo posible para que sea verdad que no gobierna como política: escuchando, concertando en aras del bien común de la gente.

 

Da la impresión de que nuestra intendenta, en lo político, no mira más allá de su propia nariz. Da la impresión que poco o nada aprendió de su Abuelo “DON ROBERTO”, (que tanto lo alaba) que si bien estaba seguro de los objetivos a alcanzar, sabía que el Estado no era su empresa... que tenía que escuchar, dialogar, concertar; muchas veces cediendo algo para conseguir otras cosas que hacían  al interés común de la gente.

 

Y aquí hay que ser claros: el autoritarismo y la soberbia es una pandemia de vieja data. Y contra eso no hay vacuna alguna, salvo la redención que surge del cambio de actitud de cada uno.

 

Escucho la queja de muchos, por la actitud de nuestra joven intendenta, y a pesar de que en muchos actos de gobierno cosechó fuertes rechazos, sus funcionarios poco hacen para ayudarla; solo son bufones de sus caprichos. Son solo eso, a pesar de sus capacidades.

No dudo que debe tener muchas y muy buenas ideas para poner a la ciudad en lo más alto del podio, con un futuro prometedor. Pero si no tienes oídos para escuchar; lo que desearía que tuviera es un poco más de olfato político como para saber cuándo, cómo y con quien concertar.

 

Muchas cosas no se pueden hacer, por más que lo tuviera planificado desde el inicio de su gestión. La pandemia se metió entre nosotros y el COVID 19 es la razón de que hagamos mucho o poco... Pero saber escuchar y dialogar es de manual en el diccionario político. El JUCARO no querrá ayudarla en eso?