Entre el miedo e incertidumbre no quieren prorrogar las elecciones provinciales

A pesar de los miedos que sigue generando el COVID 19, a los salteños se nos insta u obligan a pensar en un proceso electoral que, a pesar de que ya son cada vez más las voces que se alzan en contra de la fecha  fijada por el gobierno de la provincia: el 4 de julio próximo, “Rubetiño” insiste en mantenerla.

 

Parecería no querer ver las urgencias de sobrevivencia de la gran mayoría de los salteños,  luchando por sortear los  difíciles momentos que trae, la crisis sanitaria por la pandemia, el desempleo y el encarecimiento de la canasta básica alimentaria.

 

Por más que lo quieran seguir bombardeando, de una manera muy sutil pero no por eso menos molesto, la urgencia de los viejos o nuevos candidatos no es la urgencia inmediata de los salteños.

 

Para colmo de males, seguimos ocupando, como siempre, los primeros lugares en el país; en este caso estamos en el podio de las desgracias con el segundo lugar en la tasa de mortalidad por el COVID 19, detrás de nuestros hermanos jujeños.

 

Y entonces me pregunto yo: ¿si las autoridades sanitarias no pueden avizorar un panorama certero, con respecto a esta segunda ola de esta pandemia, por qué se insiste en realizar las elecciones para  la época de mayor frío?...¿Será para que los “viejitos” no vayan a votar y así excluirlos del proceso electoral? ¿Será porque sería  bueno, para los intereses electorales de los que  quieren seguir usufructuando los privilegios del poder?

 

Vemos que se cerraron los plazos para la presentación de los Frentes, y no hubo ninguna sorpresa. Seguimos viendo como era entonces, incluso antes de la pandemia.

 

El oficialismo provincial, en su lucha por mantener los mismos actores que conformaron la alianza que los llevó al gobierno. El Frente de Cambiemos, aliado  de “Rubertiño”, sigue igual. Como igual lo está los que apoyan el liderazgo de la “Histericia” Bettina Romero, que sin desprenderse de su afiliación macrista, al igual que su padre JÚCARO, ahora busca independizarse del Grand Bourg, para poder contar con tropa propia en diputados y en el Consejo Deliberante.

 

Y entre la dirigencia  del oficialismo nacional, Frente de Todos, la cosa no está mejor que digamos. Armaron un nuevo Frente pero llevando en su entraña el síndrome del internismo por falta de liderazgo en ese espacio que clarifique una conducción fuerte y coherente.

 

De todo esto, podemos deducir que los que están como locos, corriendo con los plazos electorales, son los mismos de siempre. Algunos de los cuales recièn ahora se  acuerdan que para mantenerse en los cargos  que ostentan, necesitan del aval del electorado.

 

Parece, además, que con la idea de no mezclar los intereses propios con el de la política del gobierno nacional, los mandamás de estas tierras, no quieren perder espacios de poder.

Prefieren  que el frío de Julio, congele las ideas de aquellos que buscan encarar los cambios que tengan más inclusión social y productiva.