La lucha contra la pobreza es cuestión de principios y no discursiva.

Hace unas semanas atrás, desde este mismo espacio reclamábamos y exigíamos a los funcionarios, que pongan un poco más de empatía en cada una de sus acciones y/o resoluciones que afecten, directa o indirectamente, a la gente. Muy especialmente a aquellos salteños  más desprotegidos y desvalidos.

 

Y ahora se aumentan las voces que exigen al gobierno provincial y a sus funcionarios, que trabajen en bien del pueblo. Es el caso de la Central Obrera de Salta, en palabras de su titular Carlos Rodas, que le pide al gobernador que “no le tiemble la manos con aquellos ministros que no funcionan”.

 

En Aries, el dirigente manifestaba su preocupación:” En medio de una crisis económica y laboral, la CGT de Salta muestra preocupación, sobre todo por los altos niveles de informalidad”.

 

 Y agregó: “que es necesario una modificación del Código Procesal Laboral. Además, el gremialista señaló que “…el gobernador, Gustavo Sáenz, está mal asesorado, ya que es necesario una participación conjunta entre los ministerios; los empleadores; el movimiento obrero; y los secretarios de cada actividad “para salir de la crisis”.

 

Por eso decimos, y lo repetimos hasta el cansancio, que los funcionarios provinciales y municipales, tienen que estar cerca y junto a la gente. Ya es una vergüenza que sigamos “llorando” la extrema pobreza de los hermanos del norte, y las muertes por desnutrición. Y no hace falta ir a Rivadavia, San Martin u Orán, porque a 10 cuadras de la Plaza 9 de Julio se vive la misma problemática.

 

Repetimos, funcionarios que llegaron por imperio del amiguismo, más que por su capacidad de gestión, muevan el culo de sus sillones y pónganse a trabajar en serio para un futuro mejor.