Ganó la esperanza, ahora el CONSENSO

El  27 de octubre, los argentinos hemos votado por una esperanza...y todos los candidatos  tuvieron esa cuota de confianza ... unos más que otro. Como que el Frente de Todos, con la fórmula Alberto Fernández con la CRIS, se llevaron el apoyo contundente de la gran mayoría del  pueblo que no espero a una segunda vuelta para elegir al que será nuestro Presidente por los próximos cuatros años, a partir del 10 de diciembre.

 

La mayoría le dijo no a “Milonguita” Macri, y a su modelo económico, y le dio la derecha a una nueva alternativa que deberá dar muestra de saber cómo hacer para sacar a la Argentina del pozo en que nos encontramos.

 

Ahora, más que nunca, no hay espacios para las mezquindades que sigan alimentando una grieta que tanto mal nos hizo, a lo largo de nuestra historia.

 

Es hora de romper con los ANTI, y comenzar a construir la unidad a través del consenso.

Alberto Fernández tendrá que mostrar la suficiente grandeza como para comenzar a tejer los lazos de unión  entre los distintos sectores de nuestra sociedad.

 

A este país lo sacamos adelante entre todos o no lo saca nadie. No hay mesías ni iluminado que, por sí solos, nos vaya a devolver la esperanza de reconstruir nuestro presente, para alcanzar un futuro más promisorio.

 

Ni los que ganaron las elecciones nacionales se crean que el pueblo les dio un cheque en blanco para no dar cumplimiento a sus promesas. Y tampoco los que perdieron se sientan que el problema es del otro. El pueblo supo votar inteligentemente. Porque eligió al Presidente para que lleve adelante su política de inclusión para el desarrollo y crecimiento, pensando especialmente en los más desposeídos y carentes, con tantos millones de pobres que hay en estos momentos, desempleados y pequeñas empresas asfixiadas por los altos costos de los servicios. Pero le dio a la oposición el poder de control con un significativo número de diputados.

 

Por eso es momento de consenso y de unidad nacional. Estamos condenados a trabajar unidos por el PAÍS.

 

No hay margen para más errores... es ahora o nunca, como se dice.