Las ciencias que estudian en su conjunto el planeta Tierra, sus distintas esferas, la interrelación entre todas ellas, dan lugar al campo integrado, multidisciplinario y holístico de las geociencias.

Comprende los fenómenos de las dinámicas interna (endógena) y externa (exógena) del planeta. Abarca, pero no se restringe, a las ciencias de la Tierra, el agua y la atmósfera. El estudio de la corteza terrestre, pero también del manto y del núcleo. Las aguas, no solamente las dulces y superficiales, sino también las subterráneas y marinas. Los hielos de los casquetes polares y los glaciares de las montañas. O sea de esas esferas planetarias que se designan como litósfera (rocas), hidrósfera (aguas líquidas), criósfera (hielos), atmósfera (aire y gases), las cuales en su conjunto dan sustento y arraigo a la biósfera, o esfera que contiene la vida. Y dentro de ella, el hombre, la sociedad y la civilización. Todo anclado en los recursos del suelo y del subsuelo, tanto continental como marino.

 

Rocas y minerales, hidrocarburos líquidos, sólidos y gaseosos, energías convencionales y no convencionales, aguas y suelos, la suma de los elementos químicos de las esferas, en fin lo que es intrínseco a la naturaleza, fueron los ladrillos sobre los que se desarrolló la humanidad y la civilización.

 

En la interrelación del hombre con la naturaleza aparecen los riesgos asociados propios de las dinámicas endógena y exógena del planeta, tales como volcanes, terremotos, tsunamis, avalanchas, inundaciones, sequías, huracanes, por mencionar solo algunos de los cuales causan cuantiosas pérdidas de vidas y bienes materiales.

 

Homenaje a un sabio

 

En 2019 el mundo celebró a Dmitri Mendeléiev y la creación de la Tabla Periódica de los Elementos en su 150 aniversario. Nada hacía pensar entonces que el año iba a quedar marcado para la historia de la humanidad por la aparición del virus del COVID. Para homenajear al sabio ruso Mendeléiev, la Casa de Rusia en Buenos Aires, el grupo científico Gevas Red Argentina y la galería de arte Torres Barthe unieron sus mejores esfuerzos para organizar una serie de conferencias acerca de temáticas geológicas y afines.

 

Las conferencias, en sus textos resumidos, fueron reunidas en un libro que hizo su aparición en junio de 2021. Se trata de una obra colectiva, publicada por la Editorial Autores de Argentina, que cuenta con un impecable prólogo de la geóloga y máster en medio ambiente Emilia E. Cincioni.

 

Bajo el título "Geociencias y sociedad", se reúnen allí seis capítulos que van acompañados por epílogos de Olga Murátova, directora del Centro Ruso de Ciencia y Cultura de la Casa de Rusia, de los fundadores e integrantes de Gevas (Geología, Volcanes, Salud, Ambiente) y por los integrantes de la Galería de Arte Contemporáneo "Torres Barthe".

 

Los artistas de esta galería fueron los responsables de realizar obras alegóricas a los temas abordados en las distintas conferencias y cuyos "flyers" de invitación están reproducidos en el libro de marras. Los diferentes capítulos, escritos por reconocidos profesionales de las ciencias, están redactados en un lenguaje llano, sin perder el rigor científico, pero puestos en escritos claros con el objetivo de su divulgación al público no especializado.

 

Pablo Marcelo Kubazka es geólogo y un experto en gemología. Precisamente sobre gemas y piedras preciosas de distinto origen es su capítulo titulado "Mendeléiev y la gemología de hoy". Allí ilustra sobre los aspectos que rodean a las gemas verdaderas, falsas y sintéticas, el origen del color y los elementos químicos que actúan como cromóforos, los cambios de moda en el uso de algunas gemas y algo que les infundió valor desde tiempos históricos: su rareza y deseabilidad.

 

Los doctores Juan Manuel Lirio y Cecilia Rodríguez Amenábar son dos expertos en la geología de la Antártida, que desempeñan sus actividades en el Instituto Antártico Argentino y visitaron en numerosas oportunidades el continente blanco.

 

Escribieron un capítulo al que titularon "Cambios ambientales en la Antártida desde Gondwana a la actualidad". Allí explican cómo esta masa continental tuvo una época en que fue un ambiente tropical con restos fósiles de troncos de árboles, vertebrados y foraminíferos que atestiguan esa realidad. Lo que habría de cambiar rotundamente con la partición de Gondwana, el desplazamiento a una posición polar, la generación de una corriente oceánica circumantártica y el inició del englazamiento hace 35 millones de años. Alejandro Enrique Nawratil es un geólogo experto en petróleo.

 

En su capítulo sobre "Geología del Petróleo" hace referencia a los estudios que llevan desde la prospección superficial a la exploración profunda para recuperar los hidrocarburos convencionales o no convencionales de las distintas cuencas sedimentarias.

 

 Hace especial mención a Mendeléiev quien fue uno de los primeros en vislumbrar el futuro de la industria petrolera, el uso de oleoductos, la industria petroquímica y el haber señalado la importancia del uso racional del petróleo y su famosa frase: “la quema de petróleo como combustible sería similar a prender una estufa con billetes de banco”.

 

Volcanes y geoética

 

La doctora Elizabeth Ivonne Rovere es una especialista en el estudio de volcanes y desempeña sus actividades en el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar). Su capítulo se titula “Erupciones volcánicas: impactos en la sociedad”. Analiza los volcanes en el territorio argentino, los mecanismos de erupción, algunas de sus erupciones históricas y como éstas impactan en el ambiente, el clima y la salud. Menciona los daños ocasionados en algunas de las últimas erupciones de cenizas en la contaminación del aire, las aguas, el peligro para la aeronavegación y los perjuicios en la agricultura y ganadería, entre otros. Señala la importancia de divulgar a la sociedad conceptos claros sobre las amenazas volcánicas como parte de un nuevo capítulo de la disciplina como es el de la geoética. Precisamente el texto de contratapa fue escrito a manera de presentación por los científicos italianos Silvia Peppoloni y Giuseppe Di Capua de la Asociación Internacional para la Promoción de la Geoética (IAPG). Según estos autores “los geocientíficos deben asumir su parte de responsabilidad hacia la sociedad, basándose en sus conocimientos y habilidad para integrar los elementos bióticos y abióticos que componen el sistema terrestre”.

 

La responsabilidad de los geocientíficos, señalan, es la de “acercar la ciencia a la sociedad y a la política”. Definen ellos a las Geociencias como “el conjunto de conocimientos teóricos y prácticos fundamentales para estudiar y monitorear las causas, efectos y evolución de los fenómenos tanto naturales como provocados por el hombre (antropogénicos) que amenazan la Tierra”. Por su parte, el doctor Roberto Antonio Violante, geólogo experto en oceanografía, escribió sobre “Geología, océanos y clima: motores que regulan el funcionamiento de nuestro planeta”. Su capítulo trata sobre el vasto mundo que se esconde debajo del piélago oceánico, esto es la topografía de los fondos marinos con sus plataformas, taludes, llanuras abisales, volcanes, cordilleras meso-oceánicas, y otros rasgos fisiográficos. Allí están actuando las corrientes convectivas que transportan los continentes a la deriva, se están acumulando pilas de sedimentos tal como ocurrió en el pasado geológico y cuyo registro nos dan desde la profundidad del tiempo, el clima y las temperaturas del pasado registrada en fósiles e isótopos hasta un sinnúmero de depósitos minerales. Un tema de interés es la presencia en los fondos marinos de grandes concentraciones de metales ricos en manganeso, cobalto, cromo, níquel y otros elementos esenciales para la minería y las aplicaciones tecnológicas modernas.

 

Por último, el suscrito, escribe acerca de la importancia del boro y el litio, comentando la distribución de minerales de boro y salmueras de litio en los distintos continentes y provincias metalogénicas, con énfasis en los ambientes de los Andes Centrales y de la Puna argentina. Las geociencias representan un soporte indispensable para el funcionamiento de las sociedades modernas a fin de que éstas puedan defenderse de las amenazas naturales, asegurar sus recursos y proteger el medio ambiente. Y como decía Mendeléiev, “lo que la ciencia siembra, la gente lo cosechará”.