Dicen que el asesor de campaña de Bill Clinton, James Carville, tenía un cartel con esa leyenda en el “bunker”. Corría el año 1992 y Bush padre contaba con una aprobación popular gigantesca, pero la economía comenzaba a decaer y era el punto sobre el que Clinton debía hacer mella.

Bill Clinton fue elegido presidente a pesar de todos los pronósticos de la época. El resto es historia.

 

Pero lo que sigue presente es el peso de la economía en las decisiones electorales de cualquier pueblo del mundo.

 

La democracia, los derechos humanos, la equidad social, la igualdad de géneros, el ambiente y la transición energética o la paz social pueden esperar mientras MI economía funcione. Parece que así somos, que le vamos a hacer.

 

Los argentinos y argentinas hemos desconectado nuestras vivencias históricas, nuestros conocimientos positivos, de las promesas de los políticos. Existe una disociación que dice algo así:

 

“A pesar de todas mis vivencias y conocimientos, le creo al que me miente descaradamente”

 

Que sucede en la Argentina, que un tipo que dice que va a romper todo y lo explica con una motosierra, en la mano es opción.

 

La economía, estúpido. Me tienen que contestar. O boludo, que es más argentino.

 

Todas las explicaciones son inútiles cuando sacas la mano del bolsillo y los billetes no compran lo que compraban la semana pasada, o ayer.

 

Ahora bien, Milei promete dolarizar, es decir eliminar los pesos que tenemos y comenzar a operar con dólares que no tenemos. Este fin de semana comenzó a dinamitar el mercado de cambios, incluso tuvo un pequeño sacudón entre los bancos, que salieron a protestar y pedirle racionalidad. No sé quiénes están más pirados.

 

Es decir, a él no le importó que vos tuvieras el dinero en un banco a plazo fijo y no lo pudieras mover. Con dos frases te hizo perder el 20% en cuatro días. ¿Qué te hace pensar que va a considerar a tu familia cuando asuma? Además, en otra entrevista dice, “mejor así es más fácil dolarizar”. ¿En serio puede ser nuestro presidente?

 

La semana pasada analizaba el primer debate tratando de explicar que nos servía para no martillarnos los dedos. Todavía estamos a tiempo. Las propuestas de Milei no funcionan en ningún lado porque, sencillamente no funcionan con seres humanos, con familias, con sociedades. Son ridículos proyectos de académicos para publicar documentos teóricos de que sucedería si las cosas fueran así o asá.

 

Grafton es una pequeña localidad del norte de los EEUU, frontera con Canadá. En un momento dado, doscientos de norteamericanos libertarios se radicaron allí con el propósito de vivir bajo los principios libertarios. A las elecciones siguientes toman el poder y comienzan con la reducción del Gobierno municipal a su mínima expresión.

 

Luego de un primer momento en que la población se sintió aliviada por la baja de impuestos, el modelo entró en crisis. La limpieza era un costo que había que eliminar. La basura comenzó a inundar la calle y con la proliferación de basura, los animales comenzaron a visitar con mayor asiduidad al pueblo y tal vez al principio fueron algunas simpáticas ardillas, luego fueron los zorros y finalmente los osos pardos hicieron su llegada. Entonces se convocó a la policía para que actúe, pero la policía también había sido reducida y los agentes dedicados al control de animales habían sido cesanteados.

 

Bueno, haciéndola corta, la experiencia, en un pueblo de algunos miles de habitantes fue un desastre y lo peor es que los costos para regresar a un sistema normal son elevadísimos.

 

Ahora imagínense la reducción de la policía en Argentina, con el tráfico de drogas sin contener, ¿qué sucedería? O el presupuesto de salud en un momento en que las enfermedades recuperan fuerza y se necesita recuperar la vacunación interrumpida durante el macrismo.

 

Estamos en un problema económico tremendo, pero este no se resuelve con la propuesta de Milei de “AJUSTAR” y ponerte de rodillas frente a los poderosos, se resuelve con producción y empleo. Ahí se acaban los comedores, los planes, la inseguridad y tantas cosas que nos están faltando. Ahí la familia recupera la dignidad.

 

Esto es la Argentina, no es solo la Economía, es DIGNIDAD TAMBIÉN.