Hay millones de personas que dedican su tiempo y esfuerzo para ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Tienen lo que llamamos auténtica vocación de servicio y su principal motivación es transformar la realidad en beneficio de sus prójimos.

 

Despliegan su actividad en centros vecinales, clubes deportivos, comedores comunitarios, partidos políticos, asociaciones académicas, centros culturales, congregaciones religiosas, fundaciones y organizaciones con los más diversos objetivos de bien público (defensoras del medio ambiente, salud, consumidores), etc., etc.

 

Según un estudio de opinión pública realizado por la fundación Voices, cuatro de cada 10 argentinos formaron parte de algún voluntariado en los últimos 12 meses (dato de diciembre 2022). Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices y autora del libro "Argentina Solidaria: una invitación a ser parte" ha señalado que el voluntariado social: "Genera bienestar en quien lo realiza, en el beneficiario, aumenta los niveles de confianza y cohesión social y tiene un alto impacto económico". De acuerdo a la encuesta mencionada, los voluntarios se declaran más felices y a su vez señalan mayores niveles de confianza interpersonal, más confianza en las instituciones y creen más en su poder de impactar en el mundo que los rodea.

 

La crisis del sector político y la deserción del Estado de sus múltiples obligaciones sociales, ha provocado una invisible proliferación de las organizaciones civiles de la sociedad. En las últimas décadas, así como se ha manifestado un significativo deterioro de la participación de los ciudadanos en la política, paralelamente (y demostrando que no hay un desinterés por la cosa pública) han crecido exponencialmente las organizaciones civiles. En el 2012 se estimaba en un 12% los argentinos que realizaban trabajo voluntario, desde entonces se ha triplicado trepando a un 36%.

 

Una de romanos

Las organizaciones de la sociedad civil se enfocan en abordar los verdaderos problemas de la comunidad y trabajar para mejorar la vida de las personas, a diferencia de la política tradicional que a menudo se enfoca en ideologías obsoletas o conceptos insustanciales.

 

El encuadre legal

El empleo que generan, en Argentina, estas organizaciones civiles se estiman en un 6 por ciento del total del empleo. Pero aquí confluyen los auténticos voluntarios como también las personas que trabajan bajo relación de dependencia para las organizaciones sociales. Precisamente diferenciar a unos de otros resulta una tarea compleja y que, lamentablemente, con cierta frecuencia, provoca que estas instituciones que cumplen un fin social se vean frente a situaciones de cuantiosos reclamos laborales. por parte de los voluntarios, quienes exigen el reconocimiento de la existencia de un contrato de trabajo. En muchos casos estas organizaciones funcionan en una absoluta precariedad que no les permite contar con el asesoramiento adecuado a fin de no verse sorprendidas en una controversia judicial.

 

Muchas ONG ignoran que ya desde enero del año 2004 se cuenta con la ley 25855 de voluntariado social, que intentó poner orden en esta espinosa cuestión. Allí se define a los voluntarios sociales como "las personas físicas que desarrollan, por su libre determinación, de un modo gratuito, altruista y solidario tareas de interés general en dichas organizaciones, sin recibir por ello remuneración, salario, ni contraprestación económica alguna". En esas condiciones "La prestación de servicios por parte del voluntario se presume ajena al ámbito de la relación laboral". Se parte de la base de que se trata de una verdadera situación de "trabajo benévolo", exenta de toda intención de perpetrar un fraude laboral.

 

Para que se configure esta relación de voluntariado la ley exige la adhesión a un "Acuerdo Básico Común del Voluntario Social" que deberá celebrarse por escrito en forma previa al inicio de las actividades entre la organización y el voluntario. Por otra parte, establece diversos "derechos" y "deberes" del voluntario. Paralelamente la organización deberá llevar un registro escrito de las altas y bajas de los voluntarios.

 

Es imprescindible que se firme el referido acuerdo y se cumplan los distintos requisitos establecidos por la ley, caso contrario se presumirá no solo que existe una relación laboral, sino que se considerará como trabajo no registrado pasible de exorbitantes indemnizaciones.