Los enmascarados de la política

Como lo dije anteriormente, en esta elección general provincial, para elegir  legisladores provinciales, municipales y convencionales constituyentes, ya están todos acomodados en sus respectivas gateras para llegar a la meta el próximo 15 de agosto.

 

El tema que aún no terminamos de descubrir es qué vamos a votar. Está todo muy enredado, confuso,  tanto  por los candidatos que muchos no saben por qué están en tal y cual Frente como que está todo banalizado.

 

No se sabe, con claridad, qué proyecto votar: que es eso de inclusión si ya es sabido que los que llegan es para seguir acumulando más poder o riqueza; beneficiando a unos poco; y siempre a costa de los muchos.

 

Como será que muchos están confundidos, y tanto, cuando ven  un candidato a senador, siendo radical, para representar a los peronistas. Y más sabiendo que  es un “todo terreno” que puede ocupar cualquier puesto o cargo que convenga a los intereses de los dueños del poder.

 

¿Acaso los que se dicen ser peronistas y defender los valores doctrinario de Perón y Evita tienen vergüenza de serlo? ¿O será que  ya perdieron la mística peronista y  prefieren aburguesarse en sus cómodos sillones de algunos cargos, renunciando a sus principios peronistas y volverse cual perros falderos que baila alrededor de su amo, que seguro le puede tirar algunas migajas de su opulencia?

 

Estas elecciones provinciales, con un PJ vaciado de contenido, y lleno de extraños que hasta ayer fueron los paladines del Macrismo, poco puede ofrecer  a la ciudadanía que la enamoren con propuestas claras.

 

Todo parece ser un rejuntado de nombres, muy bien promocionados por las distintas redes sociales, pero carentes de una sensibilidad política en serio que invite a amar y abrazar la política.

 

Estamos tan huérfanos de candidatos realmente comprometidos con el sentir del pueblo, como de ideas que volcar en una discusión o debate para ganarse el voto del electorado.

 

Pocas ideas   y muchas promesas inviables.

 

Y ellos saben, y por eso juegan con la las necesidades de la gente, que aún no reconocen el poder que tiene el pueblo a través de voto. Últimamente parece tener más valor la necesidad de aplacar  el hambre que pensar en el futuro que se debe buscar para que no pase más eso.

 

 

La mayoría de  los votantes, aun no son consciente del poder de ese instrumento fenomenal que nos da la democracia para cambiar la realidad y construir una nueva historia  en una provincia con un futuro más previsible y que nos contenga a todos.

 

Vemos muchos “saltimbanquis” y “bufones” al servicio de intereses de los que se consideran dueños del feudo de Salta; esos duelos que  le es más cómodos a sus intereses, un pueblo sin educación, sin trabajo, porque los prefieren siempre pedigüeños por un bolsón, un plan social. Tenerlos siempre comiendo  de la mano del “Señor”, para que sientan la necesidad de rebelarse.

 

Estas elecciones provinciales, del 15 de agosto próximo, es sin duda una elección muy particular. Es en ella donde no se define nada para  el futuro de la mayoría de los salteños, aunque sí para  la minoría dominante de siempre.

 

Los enmascarados de la política seguirán como siempre, pintándose sus  caras en tiempos  electorales, pero luego se sacan las máscaras.